Madurar en Cristo

Estamos preocupados por cómo y cuántas veces vibra el celular y no podemos permanecer mucho tiempo adorando a Dios. Cuando interiorizamos en Cristo y maduramos en Él recibimos la bendición. Así como Abrahán estaba meditando en la encina del mambré hasta que le llegó la bendición.

En la mesa con Santo Domingo

“La meta de nuestra formación es la preparación de (…) predicadores de la gracia y verdaderos testigos de Cristo.»

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