Antes de entrar en la gran semana de nuestra Redención, el quinto domingo de Cuaresma nos ofrece, en sus lecturas, esa dimensión inaudita e irrepetible de lo que es el proyecto de salvación sobre nosotros.
Dios nos llama a confiar en Él, a salir a anunciar su palabra a tiempo y a destiempo.
Jesús nos da una luz, nos muestra que él es la luz en medio de nuestro sufrimiento, de nuestras angustias y preocupaciones.
«Maldito quien confía en el hombre, y busca el apoyo de las criaturas, apartando su corazón del Señor…»
Maldito quien confía en el hombre, y busca el apoyo de las criaturas, apartando su corazón del Señor…
Yo te mando, no tengas miedo porque yo estoy contigo!
¿Cuál es la Vida y Misión que nos define como cristianos? Puede ser La Plaza del templo de Jerusalén, la sinagoga de Nazaret o la Asamblea popular
En este segundo domingo del tiempo ordinario la Palabra de Dios nos descubre la relación de Dios con su Pueblo bajo las hermosísimas imágenes de las nupcias y de los carismas.
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