“Ya no son dos, sino una sola carne”

2024-06-23-Fr-Rogelio-VERDE

27º  Domingo del Tiempo Ordinario

El evangelio de hoy se sitúa en la última etapa del camino hacia Jerusalén. En esta sección nos presenta tres enseñanzas: sobre el matrimonio, sobre la actitud ante los niños y sobre las riquezas. El evangelio de hoy abarca las dos primeras enseñanzas.

Lectura del Libro del Génesis 2, 18-24

 

El Señor Dios se dijo:
«No es bueno que el hombre esté solo; voy a hacerle a alguien como él, que le ayude».

Entonces el Señor Dios modeló de la tierra todas las bestias del campo y todos los pájaros del cielo, y se los presentó a Adán, para ver qué nombre les ponía. Y cada ser vivo llevaría el nombre que Adán le pusiera.

Así Adán puso nombre a todos los ganados, a los pájaros del cielo y a las bestias del campo; pero no encontró ninguno como él, que le ayudase.

Entonces el Señor Dios hizo caer un letargo sobre Adán, que se durmió; le sacó una costilla, y le cerró el sitio con carne.

Y el Señor Dios formó, de la costilla que había sacado de Adán, una mujer, y se la presentó a Adán.

Adán dijo:
«¡Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Su nombre será “mujer», porque ha salido del varón».
Por eso abandonará el varón a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne.

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