El Espíritu nos libera del miedo para servir con Esperanza

El Espíritu nos libera del miedo para servir con esperanza

Cuando el rey David iba a hablarle al pueblo, le hablaba a su alma y le decía, «Dile a tu alma, no te angusties. Alma mía, no te amargues, no te turbes, alma mía. No puede estar triste el alma que tiene a Dios.

El significado real de “Paráclito”:

  • Advocatos: al que llamo.
  • Paraetos: el que se pone a mi lado.

Cuando lloras, Él te consuela.
Cuando luchas con el infierno, Él te defiende.
Cuando tienes miedo, Él te da fuerza.

El Espíritu Santo no es un concepto; es presencia viva y cercana.

Nehemías 8:10 dice: “No estén tristes. El gozo de mi Señor es vuestra fuerza”.

¿Y cuándo se alegra Dios?
Cuando alabas, cuando hablas de lo que Él hace.
La alabanza no solo bendice a Dios, también fortalece el alma.

¿Dónde está la grandeza de Dios?
Dios se alegra de perdonar.
Toma los pecados y los arroja al fondo del mar, símbolo bíblico del infierno.
Solo Dios puede:

  • Abrir el mar.
  • Caminar sobre el mar.
  • Vencer al mal.

Lo que viene del infierno, Dios lo devuelve al infierno.

 

Entonces, ¿por qué tener miedo?

Diferencia entre miedo y temor

  • Miedo: pánico, ansiedad, parálisis.
  • Temor de Dios: reverencia que trae sabiduría.
    “El inicio de la sabiduría es el temor de Dios”.

El miedo paraliza;
el temor de Dios te despierta y te construye.

 

Jesús revela Su identidad con poder  “Yo soy”

Cuando en Getsemaní preguntan por Jesús, Él responde:
“Yo soy.”
Ese es el nombre divino.
Al escucharlo, los soldados retroceden y caen al suelo.
El mal cae cuando Cristo se revela.

¿Cuándo apareció el miedo? Cuando se rompió la comunicación

Explica que en el Génesis:

  • El demonio rompió la comunicación entre Dios y el hombre.
  • Luego rompió la comunicación familiar: Caín mata a Abel.
  • Y rompió el molde original en el que fuimos creados.

Ese molde es la cruz, justicia perfecta.
Cristo nos “justificó”, es decir, nos devolvió al molde.

Dios transforma lo destinado al mal en bendición

Como en las bodas de Caná:
Había seis tinajas (número de imperfección, sufrimiento y purificación) destinadas al agua para quitar la suciedad. Pero intercesión de Ella (María Santísima) y por la palabra de Jesús, se vuelven vino, símbolo de gozo, gloria y amor.

Lo que el demonio preparó para tu tristeza, Dios lo convertirá en alegría para tu familia.

 

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