«Señor, enséñanos a orar»

2025.01.19-Fr-Rogelio

17º  Domingo del Tiempo Ordinario

 “Cuando oréis, no hagáis como los hipócritas, que gusta s rezar de pié en las sinagogas y en las esquinas para exhibirse a la gente. Os aseguro que ya han recibido su paga. Cuando tú vayas a orar, entre en tu habitación, cierra la puerta y reza a tu Padre a escondidas. Y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará. Cuando recéis, no seáis palabreros como los paganos, que piensan que a fuerza de palabras serán escuchados. No los imitéis, pues  vuestro Padre sabe lo que necesitéis antes de se lo pidáis. Mt. 6, 5-8)

 

Proclamando el salmo 129, nosotros, junto al salmista, nos ponemos en manos de Dios con un corazón arrepentido, confiando en que perdonará nuestros pecados.

Lectura del libro del Génesis 18, 20-32

 

En aquellos días, el Señor dijo:
«El clamor contra Sodoma y Gomorra es fuerte y su pecado es grave: voy a bajar, a ver si realmente sus acciones responden a la queja llegada a mí; y si no, lo sabré».

Los hombres se volvieron de allí y se dirigieron a Sodoma, mientras Abrahán seguía en pie ante el Señor.

Abrahán se acercó y le dijo:
«¿Es que vas a destruir al inocente con el culpable? Si hay cincuenta inocentes en la ciudad, ¿los destruirás y no perdonarás el lugar por los cincuenta inocentes que hay en él? ¡Lejos de ti tal cosa!, matar al inocente con el culpable, de modo que la suerte del inocente sea como la del culpable; ¡lejos de ti! El juez de toda la tierra, ¿no hará justicia?».

El Señor contestó:
«Si encuentro en la ciudad de Sodoma cincuenta inocentes, perdonaré a toda la ciudad en atención a ellos».

Abrahán respondió:
«Me he atrevido a hablar a mi Señor, yo que soy polvo y ceniza! Y si faltan cinco para el número de cincuenta inocentes, ¿destruirás, por cinco, toda la ciudad?».

Respondió el Señor:
«No la destruiré, si es que encuentro allí cuarenta y cinco».

Abrahán insistió:
«Quizá no se encuentren más que cuarenta».

Él dijo:
«En atención a los cuarenta, no lo haré».

Abrahán siguió hablando:
«Que no se enfade mi Señor si sigo hablando. ¿Y si se encuentran treinta?».

Él contestó:
«No lo haré, si encuentro allí treinta».

Insistió Abrahán:
«Ya que me he atrevido a hablar a mi Señor, ¿y si se encuentran allí veinte?».

Respondió el Señor:
«En atención a los veinte, no la destruiré».

Abrahán continuó:
«Que no se enfade mi Señor si hablo una vez más: ¿Y si se encuentran diez?».

Contestó el Señor:
«En atención a los diez, no la destruiré».

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