En el año 1988 visitó a Bolivia, el hoy, San Juan Pablo. Convirtiendo esa fecha en un recuerdo imborrable para las generaciones que fueron testigos de su mensaje a Bolivia. A su arribo al aeropuerto, su primer acto fue besar el suelo boliviano que lo recibía con una alegría que nunca había mostrado otro líder mundial.
Todavía tengo en mi memoria el canto de bienvenida y recuerdo las actividades que se realizaron en el colegio de convenio donde estudiaba. La directora, hna. Isabel, lanzó un concurso a los estudiantes: el que rece 50 rosarios se ganaría mantas y otros objetos con figuras del entonces Juan Pablo II. Mi persona con 10 años, con algo de inocencia y sinceridad, recé los 50 rosarios y fui a comunicarle a la directora que había cumplido con el propósito; con mucha emoción recibí el premio: una manta blanca y un broche con la figura del Papa.
A esta edad que tengo, soy testigo del poder de la Oración del Santo Rosario. Ya estamos en el mes de octubre. El 7 de del mismo celebramos la fiesta de Nuestra Señora del Santísimo Rosario.
El relato del encuentro entre la Virgen y Santo Domingo de Guzmán señala que la Virgen se le apareció en la capilla en el año 1208. En su mano sostenía un rosario y le enseñó a Domingo a recitarlo. Dijo que lo predicara por todo el mundo, prometiéndole que muchos pecadores se convertirían y obtendrían abundantes gracias.
Fray Martín Gelabert Ballester, OP. Afirma que el Rosario, es una «oración para momentos difíciles». Es una oración sencilla para momentos difíciles. Momentos en los que resulta casi imposible hacerse planteamientos serenos sobre Dios. En estos momentos el Rosario puede ayudar, puede servir para sentirse acompañado por la misteriosa presencia de nuestro Salvador. Son momentos en los que uno no sabe qué decir, quizás tampoco sabe qué pensar. El Rosario ayuda a mantener el alma serena, el corazón confiado, la mente ocupada en Dios. Ayuda a que los labios y la vida bendigan, hablen bien. Aunque la dificultad sigue ahí. Pero hay dos maneras de enfrentarse: con desesperación o con confianza. Una confianza quizás no muy consciente, pero no menos real. El Rosario ayuda a vivir las dificultades con esta confianza esperanzadora. Siempre nos llega algo en la vida, que nos sucede, y que no encontramos explicación. La belleza y el poder del Santo Rosario está en que nos ofrece esperanza e invita a caminar hacia Cristo y con Cristo, contemplando el misterio del Dios con nosotros. Las rosas que compones el rosario tienes un poder incuestionable para los testigos. Cada vez que rezamos con el Rosario en las manos, estamos proclamando que la oración tiene poder.
En mayo del año 2020 se estrenó online la película «El Poder en mis manos», película que descubre la belleza del rezo del Rosario. Su propósito principal es ayudar a comprender el poder del Rosario para revitalizar las sociedades de los países que están en crisis espiritual, e inculcar una respuesta activa a la súplica de oración de la Santísima Madre. La esperanza a través de Jesucristo es el objetivo final de esta película.
A lo largo de la historia, se ha instado a la humanidad a responder con la oración del Rosario a grandes necesidades y crisis espirituales. En los tiempos modernos lo hemos visto en los llamamientos de los papas San Juan Pablo II, Benedicto XVI y, muy especialmente en esta crisis pandémica, el Papa Francisco. «Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo».