En la mesa con los padres

en la mesa con el padre 2021 12 22
Reunidos en el nombre del Señor por cuadragésima segunda vez signo actualizado de Pentecostés a dos patriarcas se rinde honor   Al fundador de los predicadores que hace ochocientos años nació a la vida plena que predicó hablando del Amor de los amores   Al esposo de la Reina María patrono de la madre Iglesia justo en su actuar con valentía   Amante de la vida sin violencia soñador constante lleno de luz José, padre adoptivo de Jesús

Durante cuarenta y dos años consecutivos La Mansión ha organizado el Gran Encuentro Internacional del Nuevo Pentecostés. Los padres Cris y Daniel junto con los fieles laicos servidores hicieron el discernimiento bajo la guía del Espíritu Santo e iniciaron los encuentros como eventos de predicación masiva al estilo de la Renovación Carismática Católica.

El encuentro XLII se realiza en el segundo año de la pandemia por Covid 19, virus que ha atacado al ser humano, sin hacer distinción. La fe de organizadores, servidores, peregrinos y fieles de buena voluntad ha hecho posible que los encuentros continúen, con las adaptaciones necesarias para cuidarnos mutuamente de la enfermedad y, ante todo, para alimentarnos de lo esencial, la Palabra y la Eucaristía. De manera especial este año dedicado a San José, padre adoptivo de Jesús y patrono de la Iglesia católica, hubo la feliz coincidencia del Jubileo de la Orden de Predicadores por los ochocientos años de la pascua de Santo Domingo de Guzmán, fundador de esta. Esa es la razón en el trasfondo del lema «Llenos del Espíritu Santo, con Domingo y San José, compartamos el banquete del Señor». La Eucaristía es el banquete en el que está la comunidad de fieles bautizados y llenos del Espíritu Santo que concede carismas, a cada uno según su parecer. Discernimiento, enseñanza, palabras de sabiduría, profecía, oración en lenguas, misericordia, servicio, canto. Estas acciones guiadas por el Espíritu se desarrollan en lo cotidiano y de manera especial en el banquete eucarístico se afinan en la comprensión que lleva al gozo de celebrar juntos.

Entre san José y santo Domingo hay mil doscientos años. Solo alrededor del banquete eucarístico podemos entender que estén juntos. Lo común entre uno y otro es Cristo. Lo que nos une hoy a san José y a santo Domingo es Cristo; en él fueron hechas todas las cosas, las del cielo y las de la tierra. San José conoció a Cristo de un modo más perfecto que santo Domingo, ya que José, esposo de María, madre de Jesús, fue padre para él. «Nadie nace padre, sino que se hace. Y no se hace solo por traer un hijo al mundo, sino por hacerse cargo de él responsablemente. Todas las veces que alguien asume la responsabilidad de la vida de otro, en cierto sentido ejercita la paternidad respecto a él». Para Jesús, «José es la sombra del Padre celestial en la tierra» (Patris Corde 7). Domingo de Guzmán conoció a Cristo a través de la oración, el estudio, la predicación, la Iglesia, la comunidad de hermanos que fundó, los amigos; cada persona y cada acontecimiento fueron voz de Dios que él tuvo que traducir en su entendimiento. El conocimiento que Domingo tenía de Dios y del hombre lo adquiría a través del diálogo, tal como sus biógrafos sintetizaron su personalidad: durante la noche hablaba con Dios, de los hombres; durante el día hablaba con los hombres, de Dios.

Domingo y san José son padres fecundos espiritualmente. San José es patrono de la Iglesia Universal, santo Domingo, padre de la Orden de Predicadores. La Orden es servicio a la Iglesia con el carisma de la predicación a través de enseñanzas, homilías, retiros, catequesis, escritos; todo desde y con una comunidad de hermanos que comparten la misma fe y una misma fórmula de profesión en la obediencia a Dios, a la Virgen, a santo Domingo y a la autoridad que cuida de la vida común. Domingo y san José aman a la Virgen María, madre de Jesús. En la contemplación a través del rezo del Rosario, en especial los misterios gozosos, san José sin ser mencionado tiene un lugar muy importante en la mesa del día a día, entre eucaristía y vida.

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