“Mujer, qué grande es tu fe”

2023 09 18 .4 fr diego ferrufino

20º Domingo del Tiempo Ordinario

En el evangelio, la actitud de Jesús hacia la mujer cananea puede parecer, inicialmente, una actitud dura e incluso despectiva. La mentalidad judía consideraba que el pan de los «hijos» (los judíos) no debía darse a los «perros» (los paganos). El pan hacía referencia a las promesas y bendiciones de Dios. No obstante, la mujer cananea, con gran audacia, con toda la fuerza de su amor maternal y con toda la esperanza puesta en Jesús, suplica que su hija sea curada: Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David. Cuando Jesús aduce que no estaría bien dar el pan de los hijos a los perros, la mujer afirma: Cierto, Señor; pero también los perros comen las migajas que caen de la mesa de los amos.

Esta actitud dará paso a una incondicional acogida por parte de Jesús, manifestándole: Mujer, qué grande es tu fe. Que se cumpla lo que deseas. El evangelio anuncia que, con Jesús, se produce un gran cambio: el fin del exclusivismo religioso para abrir el horizonte de la salvación a todos.

Lectura del libro de Isaías 56, 1. 6-7

 

Esto dice el Señor:
«Observad el derecho, practicad la justicia,
porque mi salvación está por llegar,
y mi justicia se va a manifestar.

A los extranjeros
que se han unido al Señor para servirlo,
para amar el nombre del Señor
y ser sus servidores,
que observan el sábado sin profanarlo
y mantienen mi alianza,
los traeré a mi monte santo,
los llenaré de júbilo en mi casa de oración;
sus holocaustos y sacrificios
serán aceptables sobre mi altar;
porque mi casa es casa de oración,
y así la llamarán todos los pueblos».

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